Una reconocida y exitosa herramienta:

Usuarios revelan las claves del Design Thinking

Pensada como una metodología que busca adaptar el negocio o la estrategia de la empresa a las necesidades de sus usuarios o clientes, esta herramienta está siendo cada vez más conocida por emprendedores y empresarios de nuestro país. Coinciden en que aplicar sus enseñanzas marca la diferencia entre sólo tener un negocio y alcanzar el éxito.

Sin Comentarios

Nicolás Morales, creador de Pegas con Sentido: "Partimos sin un modelo comercial claro, pero el Design Thinking nos acercó a generar los productos esperados por los clientes".

Tras haberse dedicado por más de 33 años a diferentes emprendimientos, el año 2007 Julio Sleman quedó en bancarrota y sin mayores ideas de cómo continuar su vida ligada a los negocios. Hoy, vive en Con-Con, algo retirado del manejo diario de su exitosa empresa dedicada a la exportación de aceites de oliva gourmet al exigente mercado de Estados Unidos. Tarea que delegó a sus hijos. ¿Y qué pasó en el intertanto? Unió su talento y buen ojo con el aprendizaje del Design Thinking, que le entregó las herramientas y conocimientos para escalar las buenas ideas que tenía.

Así, pasó de de vender botellas de aceite de oliva a $1.000 en el Mercado Central de Santiago a la cómoda situación de hoy de comercializar estos productos a Estados Unidos, donde los consumidores los adquieren como productos gourmet, altamente apetecidos. De la elaboración de vinagre balsámico y aceite de oliva comunes, hoy sus productos presentan apetecidos toques de distinción, como finas hierbas a los vinagres y aceites de oliva. Ofrecer productor con valor agregado ha sido la clave de su éxito.

Eduardo Águila, consultor en Design Thinking, que lo acompañó en su primer viaje a Estados Unidos, cuenta a Innovación.cl que la osadía de Julio fue tal, que a esa gira tecnológica organizada por Asexma destinada a visitar la Fancy Food, la hizo sin saber una palabra de inglés, pero con la certeza que terminaría vendiendo sus productos en dicho país. Desde entonces, cuenta, se abocaron a la tarea de desarrollar una estrategia que les permitiera cumplir tales objetivos. “Metódico y mateo como él sólo, buscó por todos los medios que sus proyectos con quedaran sólo en la idea de negocio. Así don Julio comenzó a utilizar el Design Thinking para desarrollar su aceite de oliva e ir a promocionarlo de vuelta a Estados Unidos”.

Utilizando las enseñanzas y conceptos del Design Thinking, se abocó a la tarea de desarrollar un producto diferente y único. Para ello, comenzó a prototipear diversas ideas hasta llegar a un creativo desarrollo que fue sal ahumada, cultivada y cosechada a mano desde Cahuil, cerca de Pichilemu, donde veraneaba desde pequeño. “Juntos, fuimos aplicando los pasos que nos enseña el Design Thinking: identificamos la oportunidad, desarrollamos la idea para luego implementarla. Para que no sólo se quedaran en la ideación. En esos años, no existía el mercado masivo gourmet que hay ahora. Y mal no le fue: su llegada fue portada en la sección Economía y Negocios de El Mercurio y también creó ASO Gourmet, del cual fue su primer presidente.

Indispensable para comenzar una empresa

Nicolás Morales es uno de los creadores de Pegas con Sentido, plataforma web que tiene como objetivo unir a dos sectores que se necesitan, pero que no siempre han tenido las mejores formas de encontrarse: por un lado a quienes buscan trabajo que tengan un sentido social y por otro, a los que están dispuestos a ofrecer esos puestos laborales.

Cuenta que la idea comenzó tras el terremoto del año 2010, cuando constataron la gran cantidad de personas disponible que se ofrecían para trabajos relacionados con ayudar a quienes más lo necesitaban. Comenzaron armando una comunidad con la gente de su círculo más cercano, grupo que rápidamente se fue agrandando de cientos a miles. Hasta llegar a hoy, cuando son más de 28.000 las personas inscritas en Pegas Con Sentido.

Morales cuenta a Innovación.cl que comenzaron con más entusiasmo que orden en cuanto a lo que querían hacer. “No teníamos una idea clara de cómo llevar adelante el negocio, sin un modelo comercial claro. Sin embargo, nos acercamos a esta herramienta que nos fue dando las respuestas que necesitábamos: desarrollamos un intenso trabajo de prototipeo en busca de lo productos que nuestros clientes requerían. Con el añadido que nuestra oferta debe considerar que los clientes nuestros están a ambos lados de negocio”. Cuenta que para generar los productos esperados por sus clientes, se abocaron a la tarea de generar diversas propuestas de valor, todas ellas específicas según de a quienes las dirijan: ONG’s, empresas sociales, empresas tradicionales o personas naturales que buscaban emplearse.

Similar es el caso de Josefina Saxton, ingeniera comercial de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), quien conoció el Design Thinking en su paso por las aulas, de la mano del profesor Javier Traslaviña, quien lleva largos años como consultor en la materia. Cuenta Josefina que este aprendizaje le permitió complementarla con sus habilidades de negocio, situación que la acercó al mundo de la innovación. “Utilizando esta metodología entendí que se trata de una manera de vivir, porque a uno le entrega una forma de pensar que aplica en todos los días en diversas actividades. Y cuando eso ocurre, te empieza a dar muchos frutos”, dice.

Saxton explica que una de las enseñanzas más importantes de la utilización de esta metodología es la posibilidad de identificar una problemática y a partir de ella, comenzar a iterar en búsqueda de una solución. “Lo veo como un pensamiento creativo, que me ayuda a complementar el lado racional de los negocios. Y eso me permite desarrollar propuestas diferenciadoras que agreguen valor”.

Con este aprendizaje fue que creo Catalyst, programa especializado para potenciales emprendedores en etapa universitaria, que tiene como objetivo “canalizar los talentos y pasiones de estas personas, con el fin de éstos sean compatibles con los proyectos que están desarrollando”. Cuenta que esta plataforma busca aumentar los casos de éxito de emprendimientos dentro de este grupo para que sean capaces de desarrollar al máximo sus capacidades emprendedoras, ayudándolos a que diseñen e implementen su propio modelo de negocio.

Advierte Javier Traslaviña sobre el hecho que las empresas puedan entender al Design Thinking como una receta que se pueda aplicar al pie de la letra en todos lados. “Esto no es un fin en si mismo, sino que un medio para alcanzar los objetivos deseados y lo que se persigue es tener una mirada fresca que agregue los elementos necesarios para desarrollar una oferta de valor en el emprendimiento”. Cuenta que entiende al Design Thinking como un facilitador del proceso para que los emprendedores promuevan proyectos que le interesen a la gente y no pierdan tiempo y recursos. Dice que “nadie que quiere desarrollar productos que la gente no va a necesitar”.

Elemento clave del Design Thinking: la observación
Explica Morales que el desarrollo del Design Thinking al interior de Pegas con Sentido consideró como pilar fundamental la observación, entendida como un proceso en el que buscaron conocer de cerca las características de sus clientes, sus necesidades y según las respuestas obtenidas, fueron analizando si existía el nicho para generar el modelo de negocio que las satisficiera. Saxton agrega que también es importante la creación de equipos multidisciplinarios que sean capaces de ayudar a visualizar aquellas áreas en que la empresa o emprendimiento no es tan fuerte, de manera de potenciarlas.

Asimismo, Morales recuerda que es preciso tener la mente abierta para encontrar sorpresas en el camino. “Nos dimos cuenta que las empresas no se están conformando con tener buenos trabajadores. Hoy, además, buscan gente que tenga sentido social y de aportar a los sectores más vulnerables y que se sientan comprometidos con ese fin social. Y eso es una tendencia que descubrimos con el Design Thinking, conocimiento que nos ha permitido crecer a tasas insospechadas cuando comenzamos. De un reducido grupo de 500 personas, nuestra comunidad hoy es de más de 28.000 personas y este año abriremos oficinas en Colombia y Perú.

Design Thinking masivo
Otro caso de utilización de Design thinking lo constituyó un taller desarrollado en Talca, en el marco de la Fital, evento organizado por Corfo, entidad que le propuso a Eduardo Águila y Raúl Rivera, del Foro Innovación, el desafío de llevar a cabo un encuentro en el que enseñaran esta herramienta a más de 500 personas. “Tarea titánica” recuerda Águila, por cuanto se trataba de un grupo heterogéneo, conformado por grandes empresarios de la zona, pequeños comerciantes, microempresarios, estudiantes y dueñas de casa. Cuenta que se trataba de un grupo heterogéneo de personas a quienes tuvieron que diseñarles un taller que fuera capaz de responder las inquietudes tan diversas de un grupo tan amplio. “Para sacar la tarea adelante, tuvimos que conseguir 38 facilitadores que los conseguimos con gente de Corfo, la Universidad de Talca y Start-Up Chile”, recuerda Eduardo.

Cuenta que se formaron equipos de trabajo de forma aleatoria y transversal y que lo más importante de todo fue que todos los participantes terminaron la jornada con nuevas ideas para sus respectivos negocios y asimilaron los conocimientos que les entregó el Design Thinking. “La recepción fue buenísima; la gente estaba muy entusiasmada utilizando las diferentes celdas que tiene el Canvas y con ganas de aplicarlos a sus respectivos negocios. Fue una gran experiencia para todos. La gracia del Design Thinking es que es para todos, sin excepciones”.

Recomendamos leer:

Design thinking, el último grito de la innovación
10 reglas de oro del design thinking

Sin comentarios Deja tu comentario