Informe del organismo critica el limitado gasto en I+D:

OCDE revela claves para impulsar el emprendimiento y la innovación en Chile

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La creación de un Ministerio de Innovación, acercar la industria con proyectos de investigación científico-tecnológicos y analizar los programas de innovación son algunas de las recomendaciones entregadas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) para impulsar el emprendimiento e innovación en Chile.

Según indica el organismo en el documento “Estudios económicos de la OCDE – Chile (PDF)”, el crecimiento del país se ha visto impulsado principalmente por la acumulación de factores durante la última década, aunque existen signos de que el crecimiento de la productividad ha repuntado recientemente. Para la OCDE, la intensidad de las empresas en I+D es baja, los resultados de innovación han sido débiles y los avances tecnológicos han sufrido las consecuencias de la escasez de graduados calificados en las áreas STEM (ciencia, tecnología y administración de ingeniería).

Por otra parte, destaca que las políticas recientes han mostrado un mayor apoyo a la innovación, incluyendo reformas adoptadas que facilitan y aceleran la apertura de nuevos negocios y el acceso al financiamiento. En particular, el programa Start-up Chile ha captado la atención internacional como instrumento para fomentar el emprendimiento. Las empresas chilenas se han vuelto más innovadoras, incluyendo sectores tradicionales focalizados en ventajas comparativas y recursos naturales.

I+D Y GASTO EN INNOVACIÓN

La intensidad en I+D y en general el gasto en innovación son los más bajos de la OCDE, señala el estudio. El limitado gasto en I+D se concentra en gran medida en el sector universitario financiado con fondos públicos, mientras que la participación del sector empresarial es excepcionalmente baja, y tan solo cerca de 350 empresas afirman que invierten de manera rutinaria en I+D, una cifra que apenas crece a medida que pasa el tiempo. La producción de propiedad intelectual también se mantiene en niveles bajos.

Para potenciar la participación del sector privado en la inversión en I+D, se implementó en 2008 un beneficio tributario para el gasto en I+D. Al respecto, la OCDE precisa que el programa existente sigue siendo más relevante para las entidades de mayor tamaño, por lo que aconseja considerar la adopción de créditos reembolsables para beneficiar a las firmas de menor tamaño.

LAS REFORMAS DE POLÍTICAS HAN MEJORADO EL ENTORNO DEL EMPRENDIMIENTO

La OCDE destacó la iniciativa que facilita la puesta en marcha de una empresa en un día, así como la creación del programa de emprendimiento Start-Up Chile, que ha generado más de 700 nuevas empresas en los últimos dos años, muchas de las cuales han sido creadas por emprendedores extranjeros.

El organismo también alaba otras reformas y políticas adoptadas, como es el caso del programa de incubadora de negocios y capital semilla o el Programa de Apoyo al Entorno para el Emprendimiento.  Asimismo, la OCDE precisa que las  políticas de capital de riesgo de Chile parecen ser las mejores de su región. A pesar de que solo se financia cada año a un número limitado de compañías, la industria de capital de riesgo ha comenzado a ganar fuerza.

Por otra parte, el organismo critica que los procedimientos de quiebra siguen durando con frecuencia cinco años, mientras que en otros países de la OCDE el promedio suele ser inferior a 1½ años. La mejora de estas políticas de salida optimizaría la reasignación de recursos y, al reducir la incertidumbre, estimularía tanto la creación de empresas nuevas como el financiamiento, precisa el documento.

ESCASEZ DE INVESTIGADORES CALIFICADOS

El capital humano parece constituir otro obstáculo para conseguir mejoras de la productividad en las empresas chilenas. Las actividades de innovación e I+D dependen en gran medida de la disponibilidad de trabajadores debidamente capacitados, especialmente aquellos con calificaciones de postgrado. A pesar de que se han adoptado algunas medidas para aumentar el número de estudiantes con estudios de magíster y doctorado tanto a nivel nacional como internacional, Chile sigue careciendo de la cantidad necesaria de capital humano avanzado en ámbitos clave de las áreas STEM (ciencia, tecnología y administración de ingeniería) (OCDE, 2013f).

Ante este escenario, la OCDE aconseja una ampliación de las ayudas económicas proporcionadas por el gobierno a los grados avanzados que tengan un contenido significativo en ámbitos tecnológicos, y para facilitar la integración de los graduados en el sector empresarial.

AMPLIAR PROGRAMAS QUE PROMUEVEN LA INNOVACIÓN

Chile cuenta con varios programas bien diseñados que promueven la innovación, pero no han sido suficientemente importantes como para lograr un impacto significativo, dice la OCDE. De hecho, menos del 1% de las empresas del sector formal han solicitado y recibido ayudas de estos programas, y las bajas cifras de I+D y de resultados de la innovación (patentes, marcas comerciales y derechos de autor) reflejan las reducidas dimensiones de estos programas. Sería bienvenida una revisión periódica de los programas de innovación y de su diseño de manera que puedan ser evaluados adecuadamente para garantizar que son costo-efectivos. Y aquellos programas cuyos resultados hayan sido positivos deberían ampliarse, proporcionándoles un mayor grado de estabilidad en sus políticas, mientras que aquellos programas cuyos resultados sean ineficientes deberían cerrarse o revisarse.

La OCDE precisa que sería conveniente concentrar en mayor medida las ayudas en aquellas áreas que complementen las ventajas naturales de Chile de una forma que enfatice la cooperación entre la industria y la ciencia. Chile aplica fundamentalmente un enfoque horizontal con respecto a su política de innovación, lo cual reduce el riesgo de falla estatal. En efecto, los riesgos de apoyar los proyectos de innovación equivocados pueden ser considerables, y las revisiones efectuadas recientemente por la OCDE sugieren que podría ser más efectivo abordar los problemas de coordinación y centrarse en la creación de redes, por ejemplo, mediante un marco que promueva el diálogo entre entidades privadas.

Asimismo, deberían adoptarse medidas para abordar la fragmentación institucional en materia de innovación. Este objetivo que promueve la adopción de una mayor coherencia en las políticas podría materializarse a través de la creación de un nuevo Ministerio de Ciencia, Tecnología, Innovación y Educación Superior, según lo propuesto por una reciente comisión, y que cuenta con el apoyo de los principales partidos políticos. Este tipo de cambios institucionales suelen generar dificultades en sus inicios, pero una implementación gradual en transferencia de competencias al nuevo ministerio puede evitar mayores inconvenientes.

Mayor información: Descargar “Estudios económicos de la OCDE – Chile (PDF)”

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