Hay que emprender siempre

En el indicador “Resolución de la Insolvencia” del ranking Doing Business 2012, Chile alcanzó solo la ubicación número 98. La quiebra es, en otras palabras, un proceso que no es solo doloroso sino que también largo, costoso y con una tasa de recuperación para los acreedores que el Banco Mundial estima en solo un 25,5% (lo que se compara con la tasa de más del 80% en Estados Unidos). Pero, además, la protección de los oferentes del crédito es débil, lo que reduce su disposición a otorgar créditos a negocios de alto riesgo. Esto merma la capacidad del país de generar emprendimientos de alto impacto.

Es en ese contexto adverso que está cerca de aprobarse la Ley de Reorganización y Liquidación de Empresas y Personas, que los emprendedores hemos llamado “Ley de Reemprendimiento“, y que apunta a crear un cambio cultural que busca mitigar el estigma social asociado con la quiebra, que castiga de por vida al emprendedor y debilita su espíritu. Esta contempla mecanismos para optimizar la recuperación de activos, proteger a los acreedores, resguardar a los trabajadores, eliminar los costos y acelerar el proceso.

Pero, además, esta ley presenta una oportunidad de mejorar la productividad, ya que cuando se facilita la salida de empresas insolventes del mercado, se liberan recursos que pueden ser absorbidos por nuevas empresas más productivas, además de facilitarse el reemprendimiento empresarial.

Por otra parte, el proyecto mejorará la posición de Chile en el ecosistema internacional, especialmente en lo que respecta a sus partes de la OCDE, lo que mejorará la percepción y la confianza de los inversionistas extranjeros, incentivando la inversión desde otras latitudes.

Columna publicada originalmente en El Mercurio

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