La visión del consultor Xavier Marcet:

12 lecciones de innovación aprendidas en Israel

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Con una población aproximada de unos 7,5 millones de habitantes, Israel se da el lujo de tener más empresas que cotizan en el índice Nasdaq que toda Europa. A ello sume otro dato: Es uno de los países que destina mayor porcentaje de su PIB a Investigación y Desarrollo (I+D) y es un polo de atracción para inversionistas de capital riesgo.

Pero también se trata de un lugar interesante para expertos en innovación. Uno de ellos es Xavier Marcet, reconocido consultor que ha visitado Chile en diversas ocasiones. Recientemente, visitó tierras israelís y desde su blog comparte 12 lecciones aprendidas en dicho país.

  1. Innovación y supervivencia tienen mucho que ver en Israel. El hambre azuza el ingenio. La adversidad en este caso azuza la innovación. En ámbitos como el de la agricultura y especialmente la gestión del agua, es muy evidente.
  2. El papel de la inmigración es importante en un ecosistema de innovación. “A nation of immigrants is a nation of entrepreneurs” se dice en el libro Start – up Nation ( Senor & Singer , 2009). Es especialmente significativa la aportación de la reciente inmigración rusa, 1 millón de personas, entre las que se cuentan numerosos científicos e ingenieros.
  3. La experiencia de servicio militar es diferencial y parece clave en la creación de una base emprendedora. Es una forma de socializarse, de que todos se conozcan, de tejer redes de confianza entre gente que fraterniza en entornos de riesgo. Todos hablan del papel del ejército en este campo.
  4. El papel de la innovación proveniente del ejército en términos tecnológicos es también muy importante en sectores como IT. Son frecuentes las innovaciones en negocios que tienen su origen en prototipos y desarrollos de origen militar.
  5. El riesgo forma parte de la cotidianidad “we live always on the edge…. “. Probablemente es una sociedad con más gente con capacidad de asumir riesgos y emprender sistemáticamente. Tener 4800 start – up en un país tan pequeño es muy significativo y supone la ratio más alta conocida.
  6. El tejido inversor de Venture capital es notable y cuenta con políticas públicas de apoyo muy significativas. La capacidad de fundraising para proyectos se ve multiplicada por la red de la diáspora que supone aportaciones clave para todo tipo de proyectos.
  7. Las visitas al Technion, el Weizmann y la Universidad Hebrea de Jerusalén me han impresionado. Son plataformas académicas y de investigación de primer nivel mundial, tal y como acreditan sus rankings. La gestión de la transferencia de tecnología es en todos los casos muy business oriented, muy profesional, con una alta performance.
  8. Tienen una cierta obsesión por el control de la propiedad intelectual. Conscientes de la escasez de recursos de Israel toman muy en serio el valor de los intangibles. Pueden llegar a ser toscos en este punto pero por el contrario se me antojan serias y fiables una vez superadas las negociaciones.
  9. Son muy competitivos. Por ejemplo, aportaron 471 millones de Euros al 7 Programa Marco de la UE y han sacado  647 millones.
  10. Es un país orientado completamente a la innovación y la creación de start – up. Su nivel de desempleo es bajo (entorno al 6.5%) aunque mantienen una importante masa crítica de población ultra ortodoxa que vive subsidiada (creo recordar que sobre el 8 – 9 %). Para nada se respira crisis aunque el gobierno ha anunciado fuertes recortes. El ambiente es emprendedor y se contagia.
  11. Israel es un país muy pequeño en un contexto adverso. Cualquier negocio piensa desde el primer minuto en la escalabilidad (La cantidad de start – up que llegan al Nasdaq no es menor). La diáspora ayuda a la internacionalización, pero la escalabilidad global está en los genes del emprendimiento.
  12. Sin duda hay talento. Que Einstein renunciara a ser el primer presidente de Israel pero que lo acabara siendo Weizmann es toda una premonición. Tienen dificultades para captar talento externo porque sus condiciones de entorno no son fáciles. No se hasta que punto tiene que ver su base religiosa que desde siempre ha obligado a leer las escrituras y lo ha hecho un pueblo de bajo analfabetismo, pero la trayectoria de talento es impresionante, como lo son la cantidad de premios Nobel que atesoran sus universidades.

Al finalizar, Marcet concluye que copiar las experiencias israelís no funcionaría porque sus condiciones son únicas. Pero sirve para inspirarse en las experiencias y sobretodo en valores. Querer emprender o innovar sin riesgo es pura retórica. En Israel es evidente que es al revés.

Para conocer más de la cultura innovadora de Israel, lo invitamos a revisar la entrevista que Innovacion.cl realizó al embajador de Israel en Chile, David Dadonn.

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