ENTORNO  
EL DESAFÍO INTERNET EN CHILE
¿Autopista para todos?
¿Cómo transformar Internet en una oportunidad de crecimiento y progreso para todos? ¿Cómo regular el mercado para favorecer la libre competencia y garantizar la equidad en el acceso a los beneficios de la red? ¿Cómo definir un marco regulatorio que permita resolver los problemas inherentes al auge de esta tecnología? A estas preguntas, y otras, trata de responder el estudio realizado por Florencio Utreras -director de Reuna- para el Programa de Innovación Tecnológica del Ministerio de Economía.
Raquel Azócar

"Dadme un punto de apoyo y levantaré el mundo", dijo sabiamente Arquímedes. Hoy, algunos han encontrado donde apoyarse -la red de redes o Internet- y tienen literalmente al mundo en sus manos. Son los nuevos navegantes del tercer milenio, adelantados que no hacen acopio de tierras o joyas. Ellos acceden al conocimiento y a la información, las nuevas formas del poder y la riqueza. ¿Cómo vamos, los chilenos, en esta historia? ¿Estamos frente a una irremediable escisión entre nuevos ricos y nuevos pobres? ¿Llegó la era de la democracia total o de la democracia regulada? El mayor realismo hoy es ponerse en todos los escenarios porque una red tan abierta, tan irregular y tan manga ancha como Internet, puede ser la máxima democracia, como todavía lo sueñan algunos; o, ¿Por qué no?, también la máxima de las iconoclacias, de las irreverencias, transgresiones e ilegalidades. Algo muy parecido al caos si pensamos que por allí por el 2010 unos mil millones de personas tendrán acceso a la red de redes, la mayor parte de ellas con su propia casilla electrónica.

La gracia de la red es su libertad y el hecho que ha funcionado hasta ahora por acuerdos mutuos, como un club de amigos, como voluntarios para encargarse de administrar algunos de sus segmentos. "Pero hay cosas que funcionan solo en cierta etapa del crecimiento y después ya no", señala el director de Reuna, Florencio Utreras, en un reciente estudio que realizó para el Programa de Innovación Tecnológica del Ministerio de Economía.

En el mencionado estudio, 'Diagnóstico, Evaluación, Perspectivas y Propuestas de Política para el Desarrollo de Redes de Información', Utreras advierte que los casi 90 millones de usuarios han dejado de ser un simple 'club de amigos' para transformarse en un fenómeno mundial en el que surgen problemas como usurpación de dominios (nombres de sitios en la red), la violación de propiedad intelectual (libros electrónicos que se producen sin pagar ningún impuesto), la violación de documentación privada y el robo o adulteración de información confidencial.

Sociedad de la información

El cambio ya llegó y habrá que hacerle frente. Regulando lo regulable, aprendiendo de los errores y los aciertos de otros países en esta materia y pavimentando el camino para utilizar el lado bueno de la red, en el cual hay mucho que ganar, si se aprovecha, y mucho que perder, si se farrea.

Al menos, eso es lo que piensan los líderes de las grandes potencias, quienes a través de alianzas internacionales como la Unión Europea, el Grupo de los Siete y la Apec, están delineando algunas políticas para subirse a la ola del cambio, enfrentándolo como una oportunidad para mejorar la calidad de vida, para redistribuir el conocimiento, para acortar las brechas dentro de la sociedad y no sólo para impactarse y asombrarse, quedándose, a la larga, a merced de la tecnología y los cambios que trae aparejados.

Estados Unidos ya se ha planteado un Proyecto Nacional de Establecimiento de una Infraestructura Nacional de Información, la que estará, dicen, al servicio de esta nueva sociedad de la Información, realizando el mismo papel que han desempeñado hasta ahora los puertos, caminos y carreteras en la ya senescente 'sociedad industrial'.

Pero no hay que ir tan lejos para ver cómo otros aprovechan la tecnología y la ponen al servicio de un 'proyecto país'.

Brasil, con una avanzada Ley de Informática, está estimulando a las empresas a invertir en infraestructura y productos de comunicación. Con rebaja de impuestos y acceso a préstamos especiales, se está incentivando, además, la investigación y el desarrollo de nuevos materiales, productos o dispositivos; el entrenamiento en ciencia y tecnología para profesionales de nivel medio y superior; las actividades de asesoría y consultoría, estudios prospectivos, ensayos, normalización, metrología, calidad, información y documentación.

La Red Nacional de Búsqueda, implantada en 1990 en el país, entrega apoyo a la educación, investigación y desarrollo. Está formada por 22 nodos ubicados en las capitales de los distintos Estados, conectados entre sí con redes similares en el exterior. Forman parte de la red unas 500 instituciones, entre universidades, centros de investigación, y organismos gubernamentales.

¿Oportunidad o amenaza?

¿Cuáles son las principales cuestiones que deberían resolverse para hacer una transición adecuada y no traumática a la nueva era? "Es necesario construir una infraestructura que genere oportunidades para todos, reducir la brecha entre los ricos en información y los pobres en información y aprovechar la oportunidad de evolucionar a una sociedad con más oportunidades para todos", han dicho los líderes de los países desarrollados. Si no se hace ahora, advierten, los peligros de convulsión serán importantes; si se hace ahora, las oportunidades se pueden abrir hacia un nivel diferente de desarrollo.

Y lo ha dicho también el propio Bill Gates, fundador y cabeza de Microsoft y uno de los máximos gurús de la computación. En su libro "Camino al futuro" analiza los cambios que se avecinan y que vienen de la mano de las redes. "Los beneficios y problemas que surgirán de esta próxima revolución en las comunicaciones serán mucho mayores que los que se produjeron por la revolución de los PCs", dice, agregando que en este minuto resulta crucial que participe en el debate en torno a cómo deberá configurarse esta tecnología una amplia gama de personas, no sólo los especialistas. Si ello es así, servirá a los propósitos de los usuarios", sentencia con conocimiento de causa.

En nuestro país se están dando los primeros pasos para transformar la tecnología en una oportunidad de crecimiento y progreso para todos.

El estudio en profundidad de Florencio Utreras, con proposiciones concretas y el diagnóstico realizado por un grupo de expertos líderes del sector de Informática y Telecomunicaciones, convocados por el Programa de Innovación Tecnológica del Ministerio de Economía y la Corfo, apuntan a un proyecto-país en esta área.

¿Por qué no dejar finalmente que el mercado se las vea con los exabruptos de la red, que el mercado acote, defina, regule por sí solo y trate de incorporar a más gente a los beneficios de la red? Se lo preguntamos derechamente a Utreras.

"La educación y la salud no llegan a la gente por el mercado", dice. Recuerda que estamos hablando de productos de lujo que ya se están convirtiendo en un nuevo elemento de desigualdad social. La tarea es revertir la situación, incentivando la introducción de nuevas tecnologías -cable, tecnologías inalámbricas- a través de una competencia transparente entre las empresas del sector, lo que llevaría a la larga a mejorar las capacidades de acceso y los costos.

Abrir el mercado

Esto significa que debería haber modificaciones en el mercado, favoreciendo el ingreso de compañías distintas a los operadores telefónicos -y prohibiéndoles a estos últimos prestar en forma directa los servicios Internet-, evitando así los subsidios cruzados (CTC es la propietaria del 92,5% de las líneas telefónicas, lo que en la práctica conforma un virtual monopolio, a lo que habría que agregar la relativamente baja densidad telefónica del país, con 15,43 líneas por cada cien habitantes, cuya distribución, además, está muy concentrada).

Los operadores telefónicos, dice Utreras, producen una deformación en el mercado, generada por el potencial de mayor uso del teléfono que produce el acceso a Internet. En el trimestre junio-agosto los minutos de llamadas telefónicas realizados a servicios Internet fueron cerca de 12 millones, proyectándose un aumento de al menos dos veces por año, lo que llegaría a 64 millones de minutos mensuales al año 2000. El ingreso para las compañías sería de cerca de $ 755 millones mensuales.

Según este análisis -que implica considerar cuestiones como los valores bajo el costo que cobran compañías telefónicas pequeñas, al respaldarse con el pago de la compensación que les hace CTC por las llamadas generadas desde allí hacia ellas, y el abultamiento de tráfico que hacen las compañías con el uso del multicarrier-, habría que proteger la existencia de proveedores de servicios Internet independientes de las compañías telefónicas, para garantizar servicios como el acceso por radiofrecuencia, el acceso satelital directo y otras tecnologías que competirán con el teléfono.

Teniendo en la mira la transparencia y equidad en el acceso a los beneficios de la red, son varias las perspectivas que deben tomarse en cuenta:

  • La creación de una Superintendencia de Servicios Internet que establezca parámetros de calidad de servicio, acordados con los proveedores de servicio y conectividad.
  • La administración del dominio 'cl' (Chile) para proteger un uso correcto.
  • El registro y la publicación de estadísticas, para información del mercado y planificación del desarrollo del sector.
  • El establecimiento de un registro de proveedores de servicio y conectividad Internet, lo que garantizaría a los usuarios el respaldo y calidad de las empresas prestadoras.
  • También se recomienda acciones en el plano de la conectividad a nivel nacional, para agilizar y optimizar el uso de la red en el país. Como la dictación de un Reglamento de Interconexión Nacional, obligatorio para los proveedores de servicio y/o acceso a Internet. El propósito general es establecer equidad en la tarificación, si ésta existe, no pudiendo cobrarse diferentes costos de interconexión según distintos proveedores y para el mismo nivel de servicio, y asegurar un piso mínimo de servicio como función del tráfico, ancho de banda y tiempo de respuesta del enlace de interconexión.

    Reglamento de Telecomunicaciones

    Otras ideas para mejorar la equidad en el acceso tienen que ver con la dictación de un Reglamento de Telecomunicaciones que considere la velocidad de los cambios en la tecnología y establezca la interconexión obligatoria de las redes de transmisión de datos, en especial ATM (Modo de Transferencia Asíncrona), Frame Relay y RDSI (Red de Servicios Integrados). Este reglamento también debería estructurar la concesión del espectro de frecuencia en términos de capacidad de transmisión digital y no sobre la base del ancho de banda físico -ya que estas nuevas tecnologías de transmisión dejan en la obsolescencia estos conceptos-. Por último, deberían definirse las redes de transmisión de datos como de uso público, pudiendo así utilizarse en forma combinada para transportar datos a nivel nacional sin discriminación, lo que debería incluir a las redes generadas con tecnologías que provienen de la televisión.

    Los amplios desarrollos que se ya se vislumbran en el área de las telecomunicaciones, y que podrán fácilmente traer de la mano - hacia mediados o fines de este año - velocidades de acceso a la información que superan en 8 veces a las actuales, nos sientan frente a un tren que corre veloz y que podría llevarnos hacia el lugar que queramos, como país y como persona. Definir ese lugar y diseñar los mecanismos para llegar dependen de la voluntad que tengamos como país y como individuos, de los acuerdos básicos que sepamos establecer ahora, sobre el tipo de sociedad y de oportunidades que queramos para el futuro.

     
    Revista Correo de la Innovación.
    Copyright © 1997
PELIGROS VIRTUALES

Para Florencio Utreras, director de Reuna, la cantidad de asignaturas pendientes no es nada despreciable. Algunas propias del impacto de la red de redes a nivel mundial y otras propias de nuestro atraso como país.

¿Qué pasará, por ejemplo, con la propiedad intelectual?, se pregunta. Porque a través de la red se pueden reproducir todo tipo de documentos, las veces que se desee, eliminando las marcas de propiedad.

También, como dice, existe la posibilidad de modificar o adulterar los documentos electrónicos - de hecho ya pasó con la página de la Cumbre - , no descartándose la posibilidad de suplantación de identidad, falsificación de documentos, adulteración de documentos verdaderos, entre otras. Por esta vía se puede rechazar una orden de compra, sin ir muy lejos.

Asimismo está el uso abusivo y a destajo de las bases de datos, esos listados que tiene archivada toda la información respecto a cada uno de nosotros. Lo que se puede hacer con toda esta información sólo está limitado por la imaginación del individuo que 'le eche el ojo' a estas minas de oro.

Otro problema muy real es el ingreso sin autorización a los sistemas electrónicos de las distintas empresas e instituciones, las que a medida que se informatizan más, más vulnerables se vuelven a las gracias de los intrusos electrónicos. Como alguien que quiera borrar una deuda con una empresa determinada, o un sujeto que tenga acceso a los sistemas de información de un banco y decida traspasar fondos ajenos a su cuenta corriente, que está en otro banco; también una persona con acceso a la red de una tienda por departamentos podría ordenar el envío de mercadería a su domicilio. Mercadería que nunca ha comprado...y que nunca pagará.

En Chile se avanzó un poco con la Ley 19.233 del año 1993, que califica las figuras legales que se relacionan con la informática, penalizando a la persona que "maliciosamente altere, dañe o destruya los datos contenidos en un sistema de tratamiento de la información, y que será castigado con presidio menor en su grado medio".

Sin embargo, como hace notar Utreras, "el medio de prueba de dicho delito no puede ser un conjunto de archivos electrónicos", es decir, todos los registros de los computadores por los que tuvo que pasar el delincuente antes de entrar al sistema violado.

"En realidad - dice Utreras - esta pena podría aplicarse solamente si se le sorprende con alguna prueba física de su fechoría, o por presunción fundada o confesión por haberse beneficiado directamente, como podría ser el caso de Juan Pablo Dávila".

Esto pasa en Chile, mientras países como Francia y Estados Unidos ya cuentan con policías especializadas en el tema, es decir, con verdaderos sabuesos digitales.

Esto significa, enfatiza Utreras, "que nos encontramos tremendamente atrasados en cuanto al tratamiento jurídico de las materias que serán más relevantes en una sociedad basada en la información y cuyo soporte principal serán los medios electrónicos, no el papel".

Porque la verdad sea dicha, advierte, "los conflictos del mundo real y concreto se han trasladado al mundo digital". El drama, añade, "es que en Chile no estamos legalmente conscientes de lo que está pasando", dice.

Y más le preocupa el tema cuando se entera de cómo se reúnen los grandes, el Grupo de los Siete, los mismos de siempre, para pensar y adelantar soluciones que no sólo les conciernen a ellos, sino que a todo el planeta. ¿Y nosotros? Ausentes.