Política activa en materia de Propiedad Industrial :

Las iniciativas que apuntan hacia una nueva economía del conocimiento

La llegada de centros de excelencia, la ley de incentivo tributario y el proyecto de propiedad industrial marcan un camino donde el emprendimiento y la innovación son las herramientas necesarias para el desarrollo humano y económico del país. Pero la cultura innovadora no debe quedarse en discursos sino seguir siendo una política necesaria para lograr que Chile sea un país desarrollado y referente mundial.

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A pocas semanas de concluir el año 2013, tenemos la oportunidad de hacer un balance sobre este año que fue declarado como el Año de la Innovación por el Presidente Piñera. Tras declarar a 2012 como el “Año del Emprendimiento”, el Ejecutivo destinó un presupuesto de $394 mil millones de pesos para la promoción y consolidación de políticas de innovación y emprendimiento. Una serie de iniciativas han apuntado en esa dirección y que repasaremos a continuación.

CENTROS DE EXCELENCIA INTERNACIONAL (CEI)

Para remediar estas carencias, en 2014, cuatro nuevos centros de I+D van a instalarse en Chile gracias al programa de atracción de Centros de Excelencia Internacional (CEI).

Este programa pilotado por el Ministerio de Economía y CORFO e iniciado en 2011,permitió la llegada de un primer grupo de centros de investigación públicos a Chile (Fraunhofer de Alemania; Csiro de Australia; Inria de Francia y Waganingen de Holanda).

En esta ocasión se seleccionaron empresas privadas extranjeras que ya cuentan con centros de I+D en sus países para que se instalaran en Chile. Los elegidos son Telefónica (proyecto TIC y desarrollo de Smart Cities), GDF Suez Laborelec de Francia/Bélgica (energías renovables), Emerson Electric de Estados Unidos (minería y metales) y Pfizer de Estados Unidos (que instalara el mayor centro de investigación mundial sobre cáncer de pulmón).

La idea del gobierno chileno es impulsar el I+D como elemento de desarrollo del país, cuyo reflejo evidente será el incremento de registro de patentes en Chile, y reforzar al país como un polo regional de innovación.

Además, se forman vínculos con las universidades y los centros de investigación ya existentes para promover la creación de clústeres tecnológicos y preparar profesionales en investigación de última generación. Esta política es un desafío para dejar de ser una economía centrada en las materias primas, e ir hacia una economía del conocimiento, centrada en la competitividad de sus empresas.

CHILECON VALLEY

En paralelo, se está impulsando el emprendimiento de los jóvenes y la innovación en Chile con Chilecon Valley.

CORFO lanzó en 2010 el programa “Start-Up Chile” por el que se selecciona a jóvenes de cualquier lugar del mundo y se les entrega las herramientas necesarias para que desarrollen sus ideas en Chile.

Esta iniciativa escoge ideas de jóvenes y les ofrece 40.000 dólares, un visado de un año, una oficina y seis meses para que desarrollen su idea, que tiene que tener potencial de crecimiento y contar con una mirada global.

A cambio solamente se les pide realizar charlas y seminarios para difundir y compartir en la sociedad chilena sus conocimientos. Esta contrapartida es esencial ya que se busca difundir los conocimientos, especialmente en las universidades.

Este programa conoce un éxito rotundo. Si en la primera convocatoria de 2010 se presentaron 100 proyectos (22 start-ups fueron seleccionadas), en la convocatoria de junio de 2013, llegaron 1.577 proyectos (100 seleccionados). En apenas tres años se han lanzado 684 iniciativas. Emprendedores de cerca de 40 países han venido a instalarse a Chile para desarrollar sus emprendimientos bajo esta iniciativa, principalmente desde Estados Unidos, Argentina, India, Canadá, Gran Bretaña y España. Por estas razones, se empieza a hablar de Chilecon Valley, en referencia a la famosa Silicon Valley de California.

La financiación de estos proyectos se ve asegurada por CORFO y por fondos de capital riesgo que han incrementado los recursos financieros.Una de las razones de este éxito se debe a la cerrada política de inmigración estadounidense, permitiendo así el fomento del emprendimiento en Chile, convirtiéndolo en paraíso para jóvenes a nivel mundial con sus ‘start-ups’.

Esta política voluntarista del gobierno chileno responde también a la necesidad de diversificación de la economía, muy centrada en la minería, el vino, la agricultura intensiva, la silvicultura y el salmón.

PROYECTO DE LEY DE PROPIEDAD INDUSTRIAL

La ley actual de propiedad industrial chilena remonta a 1991 aunque sufrió tres grandes modificaciones, en 2005, 2007 y 2011. Sin embargo, esta ley no se adapta a la realidad de la economía globalizada y dinámica, ni tampoco a los tratados internacionales y acuerdos de libre comercio que ha firmado Chile especialmente con Europa y Estados Unidos.

El Gobierno chileno decidió entonces redactar una nueva ley, cuya elaboración duró cerca de tres años, recogiendo opiniones de empresarios, profesionales del sector y asociaciones.

La nueva ley modifica una serie de elementos que podemos indicar brevemente a continuación:

  • Nueva definición de una marca: se amplía su definición lo que permite incluir las marcas tridimensionales, hologramas y las marcas olfativas.
  • Se regulan de manera perfeccionada aquellas categorías distintivas que benefician a amplios grupos de productores o comerciantes, como las marcas colectivas, marcas de certificación, indicaciones geográficas y denominaciones de origen. Se busca a adaptarse a la tendencia mundial en la protección de los productos tradicionales que provienen de lo más arraigado de cada país.
  • Introducción de la caducidad de la marca, a petición de un tercero, por falta de uso durante 5 años de manera ininterrumpida. Chile es a día de hoy, uno de los pocos países, junto con Uruguay que no exige el uso de la marca. Por lo tanto, la ley se ajusta a la tendencia mundial y a la razón de ser de una marca, es decir estar presente en el mercado para diferenciar productos y servicios.
  • Introducción expresa del concepto de dilución de la marca, es decir, que no se admite como marca, un signo que se ha convertido en el identificador habitual para el consumidor de un producto y servicio. Además, se sanciona la dilución de la marca, es decir que la marca pierde su capacidad distintiva (generalmente son marcas notorias o famosas) para identificar productos o servicios, porque su titular ha provocado o tolerado la genericidad de su marca a la hora de designar en el comercio un producto o servicio.
  • Se fomenta que las patentes de invención sean utilizadas legítimamente con fines de investigación y fines privados. La idea es incentivar la innovación, sin que en ciertos casos puedan ser considerados como infracciones a derechos anteriores.
  • Se aumentan las sanciones penales en caso de delito contra los derechos de propiedad industrial, introduciendo por ejemplo la acción de usurpación de patente y la imposición de penas privativas de libertad para el delito de falsificación de marca.
  • Se rebajan las tasas oficiales y dejaran de publicarse las marcas y patentes en el Diario Oficial, buscando así abaratar los costes para aumentar el interés de proteger la propiedad industrial.

Todas estas iniciativas acercan al país a los estándares mundiales de protección de Propiedad Industrial. Ahora este proyecto de reforma de la ley de propiedad industrial en Chile será discutido por los diputados y senadores antes de adoptarse el texto definitivo de esta gran reforma en la materia.

LEY DE INCENTIVO TRIBUTARIO

En Septiembre de 2012, entro en vigor la Ley sobre Incentivos Tributarios a la Inversión Privada en Investigación y Desarrollo, que busca incentivar la innovación, duplicar el porcentaje del PIB destinado a este ítem en un plazo de 4 años y mejorar la capacidad competitiva de las empresas chilenas.

La principal medida otorga un descuento a los impuestos de primera categoría en un 35% del importe invertido en I+D por dicha empresa en el mismo año tributario. Para acogerse a esta deducción, las empresas deben validar ante la CORFO un proyecto concreto que lo certifica para acogerse a este beneficio.

En cuanto al 65% restante de la inversión en I+D, este podrá rebajarse por parte de la empresa como gasto necesario para producir la renta.

Otras novedades importantes contempladas en esta reforma son entre otras:

  • Considerar como gastos necesarios de un proyecto de I+D, los gastos y honorarios incurridos en patentar las invenciones, registro de software o de variedades vegetales que deriven de dicho proyecto.
  • Se elimina la exigencia de que los proyectos de I+D certificados por CORFO debían realizarse por terceros, denominados Centros de Investigación, pudiendo ahora ser beneficiarios de los incentivos tributarios aquellos proyectos de I+D certificados por CORFO, que se realicen dentro de la empresa.

Según el informe anual de la OMPI (Organización Mundial de la Propiedad Intelectual), Chile sigue a la cabeza del Índice Mundial de Innovación a nivel latinoamericano. Se sitúa en el puesto 39 a nivel mundial. Sin embargo, su punto débil sigue siendo el capital humano y la falta de investigación importante a escala mundial.

Todas estas iniciativas marcan un camino claro hacia una nueva economía del conocimiento, donde el emprendimiento y la innovación son las herramientas necesarias para el desarrollo humano y económico del país. La cultura de la innovación no debe quedarse en meros discursos sino seguir siendo una política necesaria de Chile para lograr ser un país desarrollado, puntero en Latinoamérica y referente mundial.

* Texto escrito por Rodrigo Sammut. Abogado especializado en Propiedad Industrial en Protectia Patentes y Marcas.

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