Especialistas aclaran el panorama:

El rol de la innovación abierta en la empresa

Aunque mucho se habla de desarrollar innovación abierta, no siempre ha existido la claridad necesaria para saber qué se entiende por ella y cuándo es apropiado llevarla a cabo. A continuación, algunos expertos dan a conocer sus impresiones y revelan importantes consejos relacionados con esta modalidad de innovación.

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Javier Salcedo: "En unos años más, nuestro país contará con una innovación abierta más desarrollada y con mayor cantidad de casos que mostrar. Vamos por buen camino; nuestro ecosistema tiene reales posibilidades de generar innovación abierta en mayor cantidad y de mejor calidad".

Si tomamos como referencia lo que dice el considerado por muchos “padre” de la innovación abierta, Henry Chesbrough, ésta la podemos entender como un nuevo modelo de negocio en el que las empresas abandonan el hermetismo tradicional para beneficiarse de los avances tecnológicos ajenos. El director ejecutivo y profesor del Centro para la Innovación Abierta de la escuela de negocios Haas de Berkeley, acuñó el año 2003 este concepto, hoy aceptado en todo el mundo, como la aproximación más certera a esta forma de innovación.

Pero, ¿de qué se trata exactamente la definición del profesor Chesbrough? Consiste en la presencia de tres elementos: incorporar ideas y tecnologías externas dentro de una compañía; permitir que las tecnologías internas de una empresa que no se usen salgan al exterior, y contar con un modelo que ayude a las empresas a decidir qué incorporar y qué dejar que salga. Lo que supone que las empresas utilizan tanto canales internos como externos para poner en el mercado sus productos y tecnologías innovadoras.

La anterior definición se presenta como contrapartida a la clásica forma en que la mayor parte de las compañías ha gestionado sus procesos de innovación, caracterizado por ser cerrada, lo que implica que los proyectos de investigación se desarrollan exclusivamente con los conocimientos y medios con que cuenta la propia organización. Bajo este paradigma, los proyectos sólo pueden empezar en el interior de la empresa y terminar en su propio mercado. Modelo que la innovación abierta rompió, dando paso a que los proyectos puedan originarse dentro y fuera de la empresa.

Alfonso Cruz, director de Innovación de la Vicerrectoría de Investigación de la Universidad Católica, comparte con Innovación.cl su opinión expuesta en el sitio web de Clase Ejecutiva, donde hace mención a la innovación abierta. En sintonía con los planteamientos del profesor Chesbrough, el académico chileno piensa que en la innovación abierta, los proyectos pueden originarse tanto dentro como fuera de la empresa, son susceptibles de ser incorporados al principio o en fases intermedias del proceso de innovación y pueden alcanzar el mercado a través de la misma compañía o a través de otros canales y organizaciones. “Las empresas innovadoras de hoy tienen fronteras abiertas y porosas, compiten extendiéndose más allá de sus límites tradicionales. Si el conocimiento de una organización se conecta con el conocimiento de otras, las nuevas oportunidades y posibilidades de innovación se multiplican exponencialmente”, puntualiza.

A su vez, Marcelo Díaz Bowen, presidente de IncubaUC, cree que la innovación abierta se recomienda para empresas que, sin peligrar la propiedad intelectual de los desarrollos del personal de la misma, fuera de ésta pueden solucionar problemas que aquejan a la industria. “Sin embargo, la innovación abierta más complicada y riesgosa es aquella que, a veces, rinde mejores frutos a la hora de entrar al mercado”. Estima también que resulta más apropiado desarrollar la innovación abierta cuando se requiere una gran cantidad de ideas por sobre la calidad de éstas y cuando el dolor del mercado a solucionar no comprometa propiedad intelectual ni el secreto industrial de la empresa que lleva a cabo la invitación a innovar.

Xavier Marcet, reconocido consultor español en innovación, cuenta que la promoción de la innovación abierta depende de la cultura que existe en cada compañía. “En mi experiencia, en los últimos 10 años, no me he encontrado con ninguna empresa que haya emprendido el camino de la innovación abierta y haya vuelto atrás. Las habrá, sin duda, pero no ha sido mi experiencia”. Además, considera que es apropiado desarrollar este tipo de innovación cada vez que se considere que es bueno juntar el talento interno y externo de las organizaciones. “Cuando creamos que alimentarnos de ideas o de partners externos nos enriquece nuestra capacidad de innovar o acelera el tempo de las ideas en dirección al mercado”, explica.

Las facetas de la innovación abierta

El profesor Cruz distingue cuatro niveles para avanzar hacia una innovación abierta:

1.- Innovación abierta intraorganizacional. Es fundamental que la compañía genere un espacio en la propia organización para la innovación, de modo que todos los empleados y ejecutivos puedan participar a través de canales establecidos e incentivos apropiados.

2.- Innovación abierta interorganizacional. Abrir la innovación a colaborar con agentes externos a la organización tales como proveedores, canales de distribución, aliados, universidades, centros tecnológicos, organismos públicos, asociaciones gremiales. Y, en algunos casos, hasta con los propios competidores.

3.- Innovación abierta al usuario. Este tercer nivel integra a los usuarios intermedios o finales de modo que tengan un rol activo en el desarrollo de nuevos productos y procesos. Hay casos en los que se genera una cocreación con redes de usuarios que buscan estar en la vanguardia tecnológica. Un buen ejemplo es el navegador de internet Mozilla Firefox, donde el 40% de sus códigos ha sido creado por sus usuarios.

4.- Innovación colectiva. Busca avanzar hacia la integración de todas las personas interesadas en aportar nuevas ideas y conocimientos. Se busca innovar aprovechando lo que la literatura ha llamado “Inteligencia colectiva”, que surge de la colaboración de muchos individuos.

A su vez, el gerente del Club de Innovación, Javier Salcedo cuenta a Innovación.cl que todas las empresas son susceptibles de desarrollar innovación abierta. “Yo me haría la pregunta al revés: ¿qué empresa no tomaría en cuenta la innovación como parte de sus procedimientos en el mundo globalizado en que vivimos. Entre ellas, claramente la innovación abierta”. Agrega que, entendiendo la innovación abierta como la interacción de una compañía con agentes externos que ayuden al desarrollo de la misma, son escasos los sectores productivos y empresas que puedan escaparse de este paradigma y desarrollar innovación de manera solitaria. “Puede haber casos excepcionales, como la industria de la defensa, pero aún así, se trata de un área que también tiene ciertos grados de interacción, con altos grados de externalización, que permite importantes espacios para la participación de terceros en los procesos innovadores”. Coincide con lo anterior Marcelo Díaz, quien expresa que la innovación abierta se acomoda a la gran mayoría de las empresas, excepto en instituciones que pongan en peligro políticas de estado o secretos industriales.

No obstante, Xavier Marcet cree que existen momentos en que un ejecutivo debería descartar la innovación abierta. “Es recomendable dejarla a un lado cuando exista el temor a que sucedan cosas no previstas, producto de la interacción con talento que no comparte los anticuerpos de la empresa, o bien por un exceso de soberbia cuando las empresas o las personas creen que ya lo saben todo de un sector o de un negocio”.

De todos modos, Salcedo cuenta que en el Club de Innovación cuando hablan de la innovación abierta, básicamente se refieren al trabajo que puedan realizar los emprendedores, a través de las Start-up, que a su juicio, tienen altas capacidad de transformarse e ir cambiando sus proyectos, según las necesidades. De igual modo expresa que las empresas no pueden pretender contar con todos los talentos para desarrollar trabajos de innovación y que por eso, irrumpe como opción la innovación abierta. Explica también que dentro de la innovación abierta hay varios subgrupos: la innovación en emprendimientos y la innovación a través de la Investigación y Desarrollo (I+D). “Pero, es a través de los emprendedores donde se ven importantes grados de innovación, que son generados a través de una rica interacción entre ellos”.

Algunos ejemplos de innovación abierta
Aunque no abundan, en nuestro país hay algunos casos exitosos de innovación abierta. El profesor Alfonso Cruz revela que uno de ellos es el “Consorcio Tecnológico de la Fruta”, conformado por 27 empresas del sector que representan más del 50% de la producción y exportación frutícola nacional. En un trabajo conjunto con la Universidad Católica y el apoyo de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), están desarrollando programas de mejoramiento genético de clase mundial orientados a obtener nuevas variedades de frutales (uvas, manzanas, carozos, frambuesas y cerezos) adaptadas a las condiciones productivas y logísticas de Chile. Se trata de proyectos de innovación tecnológica que incrementan en forma significativa la productividad y competitividad de la industria frutícola nacional. Para el éxito de iniciativas de este tipo, es fundamental tener una mirada de largo plazo y la colaboración de los sectores privado, público y las diversas instituciones de investigación.

Otra iniciativa interesante que revela el director de Innovación de la Vicerrectoría de Investigación de la Universidad Católica, la constituye la Fundación Copec-Universidad Católica, cuya misión es promover la investigación aplicada en los recursos naturales. “Esta fundación ha apoyado, desde su creación el año 2002 más de 50 proyectos de I+D desarrollados por investigadores de diferentes universidades y organizaciones chilenas, a través de los cuales se busca contribuir a demostrar la importancia del vínculo universidad-empresas para el desarrollo”, revela Cruz.

A su vez, Marcelo Díaz piensa que, a nivel global, un interesante caso de innovación abierta lo constituye la plataforma para Android de Google, donde los usuarios pueden subir proyectos al market place de Google. En tanto que Marcet cita el ejemplo de Procter&Gamble como un claro ejemplo de innovación abierta. “Saben más que nadie de su sector, pero un 45% de sus innovaciones continúan viniendo de fuera de la compañía”, explica.

Con una mirada optimista, Salcedo piensa que en unos cinco a diez años, nuestro país contará con una innovación abierta más desarrollada y con mayor cantidad de casos que mostrar. Piensa que vamos por buen camino y que nuestro ecosistema emprendedor e innovador tiene reales posibilidades de generar innovación abierta en mayor cantidad y de mejor calidad.

 

 

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