Jaime Soto, presidente de ACTI:

“La innovación no debe ser una herramienta de marketing de las empresas”

Convencido que cuando se apoya a las empresas relacionadas con las tecnologías, se está apostando al desarrollo del país, el máximo directivo de la Asociación Chilena de Empresas de Tecnología e Información (ACTI), valora lo que se ha avanzado en el último tiempo para fomentar la innovación, pero cree que es tiempo que en Chile el Estado y los privados se la jueguen por promover cambios disruptivos y más jugados.

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Sucede que hoy todos son innovadores y ni siquiera han pasado por procesos creativos y no se nota que exista una cultura de innovación.

Dada su experiencia como emprendedor, este ingeniero civil Industrial de la Universidad de Santiago, sabe lo que son las vicisitudes que viven todos aquellos que toman la decisión de montar un proyecto propio. Experiencia que sumada conocimiento de la industria tecnológica, le permiten tener la claridad de entender el potencial de las empresas tecnológicas para el desarrollo país . Asegura que tienen la virtud de mejorar y resolver muchas actividades que hace la gente todos los días, aunque ésta no se de por enterada.

Asimismo, valora la constitución de la Comisión Asesora Presidencial en materia de Ciencia, Tecnología e Innovación, que encabeza el ex presidente de la Sofofa, Bruno Philippi, no obstante, a nombre de todos sus representados tiene un importante reparo relacionado con la ausencia de personas ligadas con el desarrollo de nuevas tecnologías y que, dice, mucho han aportado a la construcción de la nueva agenda digital, que en marzo será presentada.

- ¿A qué atribuyen esta falta de gente de su sector en la comisión?
La comisión asesora que se creó la valoramos porque conversar sobre la institucionalidad que se requiere es una idea excelente. De todos modos, extrañamos la presencia de personas relacionadas con las tecnologías, en las que pudieron haber estado personas como Oliver Flogel, Raúl Ciudad y muchos otros que han aportado en la discusión. El hecho que no estén presentes nos preocupa. Nosotros desde ACTI, siempre hemos estado en una conversación para la creación de un futuro Ministerio de Ciencia y Tecnología, así que tenemos algo que aportar. Hubo personas que trabajaron en la Agenda Digital y otros temas, como la Ley de I+D que perfectamente pudieron ser llamados a colaborar.

Esta ausencia la atribuimos a la contingencia y a la necesidad de completar un número determinado de miembros, en los que finalmente, nadie de nuestro sector quedó adentro. Es una pata coja de este tema.

- ¿Con qué expectativas inician este denominado Año de la Innovación?
El año pasado, que fue el Año del Emprendimiento, se crearon altas expectativas en el ambiente y se avanzó en varias áreas que se han ido canalizando y viendo la luz. Nuestro lema fue “Si lo crees, lo creas”. Y para este año las expectativas son más altas aún. En este contexto, desde la industria de las empresas tecnológicas, compartimos la idea que la ciencia también tiene que estar cerca del patentamiento y emprendimiento. Es nuestro deber convertirnos en un generador de patentes y la protección de la propiedad intelectual de todos lo desarrollos científicos. Por eso, si fomentamos el desarrollo de patentes, nos vamos a poder acercar al desarrollo de una manera diferente y no tener que ir a Estados Unidos a buscar patentes como sucede hoy.

Para nosotros este año de la innovación es muy importante. Como industria tecnológica vivimos de la innovación, por lo tanto, si no somos innovadores, no tenemos ninguna posibilidad de supervivencia en el mercado. Por eso, cuando hablamos de ciencia, tecnología, la innovación y el emprendimiento van implícitos.

- ¿Cómo se relaciona la industria tecnológica con el emprendimiento?
Para nosotros, es básico que los emprendedores tecnológicos puedan convertirse en una Pyme, pero el problema es que muchas veces este emprendedor quiere ser una gran empresa enseguida. Por eso, hay que entender que el emprendimiento tecnológico tiene que ver con la perseverancia en el tiempo y ser constante. Queremos que desarrollen negocios tecnológicos y para eso, la institucionalidad existente, debe proveer de las herramientas necesarias y abrir las oportunidades para que puedan participar de los fondos y programas que hay y contribuyan a que las empresas sean más grande y con mayores posibilidades. Es por ello que entendemos que los emprendedores son básicos para el crecimiento de la industria. Y se trata de personas inquietas, que en su cabeza siempre tienen más de una idea, pero que no pueden llevarlas a cabo todas por falta de recursos o contactos.

- Tarea de emprender que ahora, será más sencilla, con la aprobación de la nueva ley que permitirá constituir sociedades en un día. ¿Cómo la ven?
La creación de empresas en un día es muy importante, porque, además de hacer mucho más fácil el camino de constituir una empresa, ha traído como añadido el hecho de instalar en la opinión pública la necesaria conversación sobre emprendimiento, que parece aún lejano a mucha gente. Y muy relacionado con esto, también es de sumar importancia avanzar en que las empresas que no fructifican puedan cerrar de buena manera, de tal manera que sea fácil volver a reemprender. Con las complejidades extra que tienen los procesos tecnológicos, cuya vigencia en materia tecnológica se pierde de manera muy rápida, lo que implica tener la obligación de estar actualizándose todos los días.

Lo anterior hace que una nueva ley de quiebras sea también muy importante. Fracasar es algo inherente a los emprendedores y aprender con el fracaso es parte del éxito de los negocios. En Chile al que le va mal, se le hace bajar a un tercer nivel en los espacios de confianza y uno está obligado a ser siempre exitoso. Pero detrás de esos fracasos hay una gran cantidad de horas hombre y capacidades que no pueden perderse.

- Cambios que evidencian importantes transformaciones en el mundo de los negocios, ¿no?
En Chile predomina una visión conservadora y tradicionalista que tenemos en el mundo de los negocios. Eso hace que sea haga necesaria la irrupción de un mercado de transacciones de empresas emergentes tecnológicas y ser capaces de hacer que mucha más gente tenga la posibilidad de transar estos proyectos, porque la obsolescencia tecnológica los mata muy rápido. Puedes necesitar recursos para una innovación tecnológica para estar en una feria tecnológica en el extranjero o llegar a una persona que pueda comprar dicha tecnología. Pero, generalmente, en situaciones como ésas, faltan los recursos y se pierden inmensas oportunidades de desarrollar iniciativas tecnológicas innovadoras. Hay un costo de oportunidad muy grande ahí.

También sería importante, en este Año de la Innovación, atreverse a correr riesgos y hacer un importante esfuerzo para que la industria de capital de riesgo pueda ser un proceso real para los proyectos tecnológicos. Cosa que hoy no sucede. Al respecto, pienso que el gobierno debería correr mayores riesgos para crear las bases necesarias y así contar con una industria de capital de riesgo real y que le sirva a los emprendedores. Si hablamos de innovación, lo ideal es crear una institucionalidad que ayude a desarrollar esta industria. Estamos a tiempo aún para que la ciencia, la tecnología y el emprendimiento pasen a ser un eje central en el desarrollo del país.

- Dentro del ecosistema emprendedor, el papel que juegue la ciencia es vital, en especial cuando se trata de proyectos tecnológicos. ¿Cómo ven esa relación?
Somos de la opinión que la ciencia debe estar asociada al emprendimiento. No sólo relacionada a un concepto de investigación básica, sino que debe estar orientada también a las aplicaciones. Por ejemplo, una tesis de un alumno de ingeniería, debiera estar asociada a procesos de investigación aplicada o a investigaciones relacionadas con investigación pura. Por eso, las universidades debieran permitir que ese tipo de trabajos puedan convertirse en un emprendimiento porque, además, tienen todos los componentes de la innovación detrás. Las publicaciones son buenas en la medida que posibiliten promover ideas, pero las soluciones de investigación aplicada tienen un potencial poco aprovechado en nuestro país.

Lamentablemente, hoy los incentivos no están alineados con la estrategia de desarrollar una cultura de la innovación con base en la ciencia y la tecnología. No puede ser que un profesor con capacidades de emprendimiento dentro de una universidad, no pueda crear Spin-off, relaciones de negocios con otras universidades que sean perdurables en el tiempo. Si queremos tener talentos innovadores, debemos invertir en algo que sea viable en el tiempo.

- ¿Cuánto cree que sea el aporte de la nueva ley de I+D para promover la innovación dentro de las empresas?
Este nuevo cuerpo legal es un tremendo acierto. Creo que puede ayudar mucho para generar un cambio cultural en el gobierno y en los sectores representativos de la industria tecnológica. Cambio que estimo debe ser auténtico porque la innovación no debe ser una herramienta de marketing de las empresas, como está sucediendo en este último tiempo. Todo el mundo habla de innovación, pero sucede lo mismo que cuando se hablaba de Responsabilidad Social Empresarial (RSE). Sucede que hoy todos son innovadores y ni siquiera han pasado por procesos creativos y no se nota que exista una cultura de innovación. Se construye un pseudo lenguaje, pero no hay innovación de por medio. Por eso hay que educar para que así las estructuras que están detrás, sean capaces de competir en este mundo globalizado.

Las empresas deben darse cuenta que la innovación no se trata sólo de un slogan y un buen marketing, sino que se relaciona con un tema estratégico que sea capaz de consolidar un proceso que puede durar años. No en un evento puntual para una determinada campaña.

Para avanzar no podemos basarnos sólo en la existencia de años del emprendimiento o de innovación. Eso sirve para poner los temas arriba de la mesa, pero pasados estos dos años, qué va a suceder. Por eso es importante que existan políticas de Estado que se sustenten en el tiempo y que permitan crear un ecosistema con una visión a largo plazo.

- En marzo se anunciará la Agenda Digital. ¿Qué esperan de ésta?
Estamos a la espera que en marzo se hagan los anuncios de la agenda digital. Respecto de esta, esperamos que se socialice para los sectores público y privado, que trascienda a los gobiernos de turno, de tal manera que sea capaz de articular el desarrollo del país que está muy vinculada a la innovación.

Creo además, que este desarrollo digital debe ser consensuado con la industria, políticos, para construir una hoja de ruta consensuada. Por eso, insistimos, no nos gusta que en la comisión no esté la gente que diseñó la agenda digital, porque detrás de esos esfuerzos hay mucho trabajo que no merece ser desperdiciado.

- Se viene un año electoral. ¿Qué espera la ACTI que suceda?
Siempre que hay elecciones, los candidatos se reúnen con nosotros para contarnos su programa en materia tecnológica. Seguramente, este año no será diferente y estaremos muy atentos a lo que tengan que contarnos. En ACTI estimamos que cuando se apuesta a las tecnologías TIC, se apuesta al desarrollo del país. Mientras más alto sea el porcentaje del PIB para el desarrollo de las tecnologías, más cerca podemos sentir que estamos del desarrollo. El valor agregado que entregan las personas que trabaja en el mundo de las TIC es mucho mayor que el que pueden entregar otros segmentos del sector productivo. Por eso, fomentar la innovación temprana y el emprendimiento es el desafío de Chile. Si queremos acercarnos a los parámetros de los países desarrollados, llegó la hora de correr riesgos y atrevernos a jugársela con cambios disruptivos, que sé que generan mucha incertidumbre. Ésa es nuestra invitación.

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