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¿En qué están las empresas chilenas en innovación?

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Tadashi Takaoka

Gerente General de Club de Innovación, empresa de Universidad Adolfo Ibañez e INNSPIRAL. En Twitter es @TadashiTakaoka

A través del Club de Innovación y mi trabajo como consultor he tenido la suerte de conocer de cerca la forma en que las empresas chilenas enfrentan la innovación a corto y largo plazo, además de estar en constante contacto con los cambios que van enfrentando.

En este sentido, la innovación ha ido ganando poco a poco espacios, muchas veces amparado en lo que intuitivamente creen puede funcionar mejor, por ejemplo: El buzón de ideas.  Lo cierto es que hay algunos patrones que se repiten y que se van mostrando como puntos transversales en muchos mercados. A continuación quiero contarles brevemente como han ido avanzando las compañías chilenas en este ámbito:

Las que vienen entrando

Las empresas que por primera vez empiezan a trabajar con innovación son la mayoría actualmente. Diría que un 50% al menos de las empresas participantes del Club están en etapas iniciales. ¿Cuáles son las etapas iniciales? Empiezan la lucha por establecer un ambiente que tenga tintes de innovación, realizando pequeñas actividades de creatividad para generar nuevas ideas y gestionando el primer punto básico para entrar en innovación: Convencer al CEO. Son empresas que se caracterizan por poner foco total en sacar de la organización ideas de innovación, predican con el hecho de que todos en la compañía debiesen ver las cosas con ¨otra mirada, buscando hacer las cosas de forma distinta¨. A eso le llaman ¨Cultura de innovación¨. La experiencia ha mostrado que no siempre es la mejor forma de enfrentar el tema, dado que la innovación no se centra en la idea, sino que en los problemas y necesidades. Uno de los errores más frecuentes en esta área está en el no definir focos de innovación (Definir específicamente en qué áreas del negocio innovaremos) y no estudiar bien el problema y la cultura alrededor de los clientes que queremos atender. Si eso se construye, las ideas surgen de forma más fluida.

Es en esta fase donde parte el proceso de construir un negocio de innovación desde un problema (y no desde una idea). Lo que ha funcionado en estas empresas es partir con unos pocos, con mucho foco en lograr velocidad y continuidad en esta primera etapa. Algunos construyen áreas de innovación o asignan estas tareas a áreas atingentes al tema. Se levantan problemas dentro y fuera de la organización, se estudian las capacidades con las que se cuenta y las tendencias dentro de su mercado. Finalmente, se termina esta etapa con un taller de generación de ideas. Acá las empresas apuestan primero a la cantidad de ideas (divergiendo) y después a la calidad en perfiles de ideas (convergiendo). La selección de ideas da a lugar a lo que llamaríamos el final de la primera etapa, el portafolio de proyectos de innovación.

Los que van en camino a la madurez

Estas son las empresas que empiezan el desarrollo del portafolio de innovación. Diría que el 30% de compañías en el Club de Innovación se encuentran en esta etapa. Una vez que las ideas han sido seleccionadas, empieza otro proceso clave: La selección de los emprendedores internos. La tendencia en esta área ha hecho que el foco de innovación en Chile se empiece a mover en dos direcciones muy marcadas: Innovación abierta (Desafíos internos, emprendedores externos) y RRHH. Las empresas tradicionalmente han enfocado sus esfuerzos en reclutar entre sus áreas a las personas indicadas para el trabajo. Algunas empresas tienen personas dedicadas 100% de su tiempo a innovación, aunque son las menos. Principalmente son equipos con dedicación parcial, involucrados más que nada en la gestión de la innovación y coordinación de los emprendedores. Tienden además a enfocarse mucho en innovación operativa, lo que no siempre es bueno, pues no genera en todos los mercados una ventaja competitiva considerable.

Acá parte la transformación de la idea a negocio. Esta etapa termina con la salida al mercado del nuevo producto o servicio de innovación, o la implementación interna de un proceso nuevo. Aparecen también nuevos problemas en la práctica. Algunos ejemplos clásicos en Chile: El portafolio de proyectos no ha sido equilibrado con proyectos de corto y largo plazo. Los primeros sirven porque salen rápido (en menos de un año) y generan algún tipo de ingreso nuevo. No son muy potentes, pero ayudan a que la empresa tome confianza y práctica en nuevos negocios de innovación. Los segundos son los que apuntan a una innovación más disruptiva y generalmente entre el proceso de I+D, desarrollo y salida al mercado, toman más de un año.

Otro problema es que los emprendedores empiezan a ver por primera vez que congeniar su trabajo diario con el de innovación es muy complejo, sobre todo si su jefatura directa no está comprometida con el tema a través de metas. Las ¨horas hombre¨ que podrían dedicar durante el día los deben dedicar a sus trabajos tradicionales porque le urge más a su superior directo. Algunos proyectos van decayendo en velocidad a causa de esto y así también lo hace la fe en la innovación.

Acá es donde las empresas chilenas están trabajando con capacitaciones, consultorías, o participando en entidades como el Club de Innovación. Buscan los espacios para controlar la incertidumbre en los proyectos y potenciar a los emprendedores. La lucha no es sólo salir a la calle con el proyecto, sino que también generar dinero a partir de la innovación, mostrar resultados. Un buen modelo de negocios es primordial para entender si el negocio tendrá posibilidades de éxito, además de salir mucho a testear con los potenciales clientes o usuarios. El error más grave que se puede cometer en el desarrollo de un proyecto de innovación es hacerlo de forma interna sin conectarse con otros y testeando. Además, se debe fortalecer la cultura de innovación interna, mostrando a otras áreas que la innovación es una herramienta para potenciarlo y no un fin en sí mismo. El que cada empleado entienda su rol en innovación y por qué lo hace es clave, si no se pierde mucha ¨resonancia¨ en la organización con el tema, generando incluso nuevas barreras.

Con el escalamiento (inicio de ventas y crecimiento del nuevo negocio) termina esta segunda etapa. Generalmente acá deben generar un nuevo flujo de ideas, donde también muchos han caído debido a que no se centran en problemas y necesidades.

Los maduros

En Chile son muy pocos. En la experiencia del Club son alrededor del 10%. 3M, Chilectra, Movistar, Entel, Hunter Douglas o BancoEstado Microempresas son algunos de los que podemos contar. Estas empresas ya llevan varios procesos de levantamiento de necesidades, generación de ideas, desarrollo de proyectos y escalamiento. Es así como entran en un estándar de innovación, sacando proyectos nuevos año tras año. El problema en estos casos tiene que ver con manejar muchos proyectos simultáneamente así como mantener un flujo de ideas adecuado. Acá cobra aún más fuerza el tema de innovación abierta, combinándose con innovaciones internas. 

Las empresas chilenas en esta etapa están buscando consolidar su imagen innovadora y también se ha visto un efecto de contacto con el tema de sustentabilidad. Otra lucha que viven está en lograr sinergia entre los distintos equipos de innovación internos,  pues requieren trabajar con la innovación de forma descentralizada y cooperativa. Además, como en cualquier otro proceso, cobra mucha fuerza la optimización del proceso de innovación, en recursos monetarios y humanos.

En general, Chile se encuentra en una muy buena senda de innovación. Las condiciones socio-económicas han hecho que el país esté en un buen pie para generar nuevas realidades. Además, el apoyo que el gobierno ha dado al emprendimiento está construyendo toda una generación de jóvenes conocedores de la innovación y con expertise en la construcción de nuevos negocios, lo que es una muy buena noticia para el futuro empleo y crecimiento nacional. Las empresas también se han visto contagiadas con este foco y seguramente en su interacción con estos emprendedores irán encontrando ¨cintura¨ para ser cada vez más agresivos y competitivos internacionalmente con nuevos productos y servicios.


Columna publicada en La Tercera (17/11/2011)

Fecha : 
18 noviembre, 2011