Virginia Pandolfo

Gerente de Capacitación de PayRoll

Madurez empresarial

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En cualquier empresa podemos observar una trayectoria que parte con su nacimiento junto a una idea de negocio de alta diferenciación; luego continúa con crecimiento, a ratos acelerados y a ratos lento, hasta llegar a la consolidación y madurez.

Al igual que en el ciclo de vida de las personas, las empresas también experimentan un período adolescente, posterior a la partida, que está marcado por la inestabilidad y los cambios. Muchas veces en esta fase, de mucha ansiedad y preocupación, los emprendedores no saben cómo enfrentarla y en algunos casos ni siquiera saben que están pasando por ella.

En los adolescentes es frecuente encontrar impulsividad, dispersión, sentido de inmediatez, entusiasmo e idealismo. Tienen cambios de humor que pueden ir desde la alegría y entusiasmo extremo a una gran tristeza y desanimo. Sus ideas bullen a borbotones; pero no siempre se rodean de buenas amistades.

Todas las empresas pasan por un período muy similar. Son dispersas, generan miles de planes y proyectos, pero en ocasiones tienen dificultad de  concretar. Sobreestiman la demanda y no planifican adecuadamente el negocio. Sienten más afinidad con los amigos, a quienes invitan a pronunciarse sobre sus ideas, en vez de reclutar a los profesionales y técnicos idóneos.

Con el capital humano pasa lo mismo. Cuando los colaboradores no se sienten escuchados, hacen lo que sea para llamar la atención y lo que podría ser una marcha pacifica de jóvenes defendiendo sus ideales o en la empresa una huelga legal; termina transformándose en un acto de jóvenes rebeldes o en un grupo de empleados que extiende rumores y genera un mal clima laboral.

Para manejar adecuadamente esta etapa e iniciar el camino hacia la maduración los psicólogos y orientadores recomiendan a los padres poner límites; que, en el caso de la empresa sería poner foco y para eso es importante buscar apoyo, el que puede ser abordado a través de un coaching, mentoring o un plan de capacitación para desarrollar aquellas habilidades que el líder y los colaboradores requieren para desplegar la misión de la empresa y obtener lo resultados esperados.

En este año dedicado al emprendimiento e innovación, no cabe duda que muchos emprendedores iniciarán nuevos negocios que llegarán rápidamente a la “adolescencia”. Cuando eso pase es vital hacer un análisis de la situación de la empresa y dentro de esa realidad, tomar las medidas pertinentes. Es clave ser prudente, austero y responsable, de lo contrario, como muchos adolescentes, pueden matar la idea antes de que la empresa “pegue el estirón”.

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