Antoni Flores

Experto en competitividad, innovación y gestión de nuevos modelos de negocios. Es CEO de Loop.

¿Innovación puertas adentro o puertas afuera?

En ciertas circunstancias, es mejor apostar a innovación desarrollada por los recursos propios. Y en otras ocasiones, es mejor dejar todo en manos de equipos externos.

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Una de las preguntas más formuladas durante las conferencias que imparto es: ¿Qué es mejor, innovar desde dentro o desde fuera?. La pregunta va enfocada a discernir si la mejor o más eficiente innovación es la desarrollada por los recursos propios de las empresas, o por el contrario, si es mejor subcontratar recursos o equipos externos para la misma. Es una cuestión que va más allá de los recursos económicos disponibles, se trata de la eficiencia del sistema.

A la cuestión respondo con la siguiente analogía: Innovar es como limpiar el polvo de una mesa. Imaginemos una fantástica mesa lacada en negro a la que hace meses que nadie limpia; si le pasamos un paño este quedará lleno de motas de polvo. Imaginemos ahora la misma mesa al día siguiente, la superficie estará limpia y reluciente; si pasamos un nuevo paño no conseguiremos atrapar polvo alguno.

La innovación “desde dentro” es como limpiar el polvo por primera vez; necesita de un tiempo y poso de rutina y mejora continua para ser eficiente. Las personas tendemos a mejorar nuestro trabajo a través de un proceso de aprendizaje automatizado; este es el motivo por el que herramientas de innovación como los buzones de ideas, los “focus group “, las observaciones del entorno, usuario, etc. dan grandes frutos en una primera ronda de encuesta.

Recogemos el proceso de aprendizaje acumulado con el paso del tiempo por la personas; es una estrategia de mejora continua más que de innovación, que se muestra eficiente cuando la realizamos “desde dentro”. Innovar “desde dentro” es una estrategia eminentemente reactiva: Reacciono y actúo en base a los datos y resultados que obtengo.

El problema viene cuando realizo una segunda ronda de encuestas o cuando tengo la necesidad proactiva de innovar; cuando tengo que dar respuesta a una necesidad del plan estratégico de la compañía, reaccionar ante el movimiento de un competidor o elevar la cuenta de explotación de un producto o servicio en caída libre. Si acudo a la organización, difícilmente encontraré ideas adaptadas al problema; es como pasar el paño del polvo por segunda vez: No hay polvo acumulado. (no hay experiencia suficiente acumulada).

Para estos procesos más disruptivos la mejor estrategia es la innovación “desde fuera” mediante la relación con socios estratégicos de conocimiento (adquisición de experiencia acumulada). Si necesitamos una innovación radical es aconsejable la subcontratación de un equipo especialista en la generación de nuevos modelos de negocio. No hay innovación radical sin un nuevo modelo de negocio; para ello es necesaria una visión multidisciplinar, transversal, alejada de la rutina diaria de la empresa y enriquecida por la fertilización cruzada de ejecutar múltiples proyectos en un mismo espacio de tiempo.

Por la trascendencia de las temáticas a desarrollar, deberemos replantearnos el modelo relacional con los proveedores de conocimiento, asegurando la propiedad del know how, el almacenamiento estanco del mismo y la fidelidad a medio plazo del proveedor. Las empresas deben evolucionar sus criterios de relación con este tipo de proveedores. Estamos faltos de una cultura de contratación del conocimiento que trate de igual a igual a clientes y proveedores.

Innovar “desde fuera” mediante proveedores de conocimiento es una estrategia proactiva. A un problema concreto, encuentro una solución concreta.

Hoy existe una gran aceptación del concepto de innovación abierta o del “open & cross innovation”. Particularmente pienso que esta es una estrategia adecuada para innovaciones incrementales, pero difícilmente radicales; para ello es necesario crear y cultivar un ecosistema de conocimiento basado en proveedores, empresas asociadas, clientes, etc.

Normalmente sus resultados contribuyen a mejorar uno de los tres focos de conocimiento de la innovación (tecnología, sociedad o economía). Difícilmente por el origen de la relación impacta en modelo de negocio, ya que suele ser necesaria una organización societaria previa entre los participantes para que esto suceda.

Al igual que en la innovación “desde dentro”, corremos el peligro de ser endogámicos pero incrementando el área de consulta. Cuando el motor de la innovación abierta es un proveedor de tecnología se corre el riesgo de que unifique a todo el sector que provee; esto ocurre especialmente en los sectores de los servicios bancarios, alimentación y el gran consumo, donde los proveedores de tecnología “han conseguido” que todas las marcas tengan sus productos excesivamente unificados. (formatos, packaging, servicios tecnológicos, sabores, funciones, etc.). La innovación abierta pueda ser una estrategia reactiva dependiendo del área del entorno, o proactiva dependiendo de la tipología, dominio y posición en el ecosistema en que operemos.

Cada vez las empresas cuentan con mayores recursos y focos para innovar. Es necesario aumentar el conocimiento interno que se tiene de cada herramienta, gestionarlos y utilizarlos en base a la necesidad y plan estratégico de la empresa; no utilizarlos en base a la moda de gestión del momento.

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