Google Glass y el impacto de las tecnologías en la vida cotidiana

Columna de Barbara Silva. Tras testear el Google Glass es interesante reflexionar sobre el avance acelerado de las tecnologías y cómo éstas empiezan a disminuir su precio y a masificarse.

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Con gran expectación se espera la llegada de Google Glass a Chile y al mundo, por el momento sólo en Estados Unidos algunos poco han tenido la posibilidad de acceder a ellos.

Tuve la oportunidad de testear este dispositivo en FOX Studio durante una exhibición tecnológica realizada por Singularity University  para un grupo de tecnólogos, futuristas, inversionistas y personas que hoy hacen, financian y catalizan innovación de alto impacto. Es interesante reflexionar sobre el  avance acelerado de las tecnologías y cómo éstas a medida que se hacen más sofisticadas en un corto margen de tiempo empiezan a disminuir su precio y a masificarse.  Pasó con el teléfono celular, la conexión a internet, las computadoras portátiles, suma y sigue.

Google Glass, no sólo permite conectarnos con el mundo de la web o realidad virtual de forma simultánea con un par de palabras, también podemos capturar imágenes, grabar videos y abre una gama de aplicaciones inconmensurables, como por ejemplo la posibilidad de que distintos doctores en distintos puntos del planeta pueden colaborar en una operación  o visualizar una ruta de un mapa mientras manejas.

La pregunta que tal vez nos debiéramos hacer son ¿Cuál es el impacto de este tipo de tecnologías en la vida cotidiana de las personas y cómo éstas afectan su comportamiento?

Silva y los Google Glass
Bárbara Silva y los Google Glass

Así como hace algunos años se introdujeron al mercado los smartphones, provocando una suerte de adicción por parte de nosotros los consumidores, no sólo porque es “cool” tener uno, sino porque efectivamente son funcionales, simplifican las logísticas de la vida y nos mantienen  permanentemente conectados en diversos contextos de forma simultánea ganando tiempo o incluso perdiéndolo por el mismo hecho de acceder a tanta información en una fracción de segundos. Es simple, con un teléfono  una persona puede manejar una serie de variables independientes  como por ejemplo estar en una reunión de trabajo, conectado a sus redes sociales, planificando la siguiente reunión en su calendario y revisando su email, por medio de un clic. Una persona  hace veinte años no tenía esta  posibilidad y quizás ni siquiera veía posible esta realidad.

Ahora bien, la humanidad  ¿necesita Google Glass?

Tal vez sí, he ahí la maestría  de los innovadores, expertos en crear necesidades y adicciones en los consumidores, todo depende del uso que las personas le demos y como resuelven éstos,  problemáticas de la vida cotidiana.

Para bien o para mal las tecnologías abren muchas interrogantes éticas, en el caso,  de Google Glass lo público y lo privado queda en un área gris ¿Cuáles son los límites?

A diario uno se entera por las redes sociales de situaciones cotidianas donde exponen a personas de una forma ofensiva, por el simple hecho de capturar una foto con un smartphone y subirla a Facebook, con Google Glass, las personas tendremos la posibilidad de capturar cada segundo de la vida cotidiana como si cada experiencia fuese parte de una película.  El desafío  desde una perspectiva psicológica tal vez sea ¿Me hago cargo de diseñar mi propia película o me ocuparé de editar la película de los otros?

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