Emprendimiento ético

Hoy se habla del nuevo perfil del emprendedor “decente”.

Ya no basta con pagar a los proveedores a tiempo, cuidar el medio ambiente o trabajar con la comunidad. Lo que los “emprendedores éticos” debieran considerar son modelos de negocio que tengan en su ADN una forma de impactar fuertemente en la sociedad. Esa es la mayor garantía de tener al equipo correcto y, por consecuencia, inversionistas, clientes y aliados de clase mundial.

Como lo describe el fundador de Zappos en “Delivering Happiness” (la que vendió en US$ 1.200 millones a Amazon) o viendo cómo el creador de Twitter fundó hace 3 años Square, una compañía que transforma los teléfonos inteligentes en POS permitiendo que cualquier ciudadano pueda cobrar a cualquier persona a través de tarjeta de crédito (empresa que ya transa US$ 15.000 millones). El primero tiene como obsesión el servicio al cliente y el segundo, la visión que toda transferencia es una relación humana.

El desafío es tener más y mejores emprendedores éticos que piensen en el largo plazo, que quieran potenciar iniciativas inclusivas y que sean ejemplos para multiplicar el efecto. Esa ha sido la receta del éxito de otros países. Si queremos pasar el umbral del desarrollo, los emprendedores éticos jugarán un rol en la instalación de nuevas bases que cimienten un país innovador y sustentable.

Columna publicada en El Mercurio

TAGS: Emprendedor ético